Actualmente la casa, que perteneciera a la escritora larroquense María Esther de Miguel, es cuidada y atendida con todos los requerimientos necesarios a fin de preservarla en su originalidad y se lleva adelante una estricta limpieza, fundamentalmente en este período en que no se han podido realizar actividades.
Las mejoras se orientan a destacar el valor cultural y patrimonial que posee para la ciudad, la región y el país, preparándola para una futura reapertura.