Alfredo Vitale
"El gueto de Formosa"
Las tropas de Hitler ejercieron una crueldad desmedida y brutal, y las personas allí privadas de su libertad fueron víctimas de los más tortuosos vejámenes.
Los animales gozaban de mejor trato. Algo espeluznante.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial fue posible el nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de los diferentes Tratados internacionales en materia de Derechos Humanos que le siguieron.
La República Argentina a través de la reforma constitucional de 1994, incorporó estos Tratados dándole rango constitucional.
Sin embargo, y pese a los esfuerzos denodados de una sociedad por construir una democracia estable, en nuestro país hay gobernantes que no sólo creen ser dueños de la gente, sino que se han transformado en la involución misma.
Gildo Insfrán, desde hace más de 25 años ejerce el poder en la provincia de Formosa con mano de hierro y vulnerando sistemáticamente todos y cada uno de los derechos humanos de los formoseños, sin ningún miramiento ni escozor alguno.
Insfrán, elogiado por el Presidente Fernández en varias oportunidades, pareciera no tener límites en la violación permanente de las garantías de los habitantes de esta provincia.
La pandemia ha permitido que nos enteráramos de situaciones, más bien propias de regímenes totalitarios, donde éste gobernador ha impedido el acceso de cientos de personas a sus casas quedando varados en la ruta del límite provincial; personas que fallecieron sin poder ser despedidas por sus seres queridos, o aislamiento preventivo en lugares dispuestos por el gobierno que tienen más similitud con un campo de concentración, que con un centro de salud.
Este raid de vulneraciones no comenzó hoy, puesto que Formosa no por mala suerte se ha convertido en una de las provincias más pobres de Argentina y con uno de los mayores índices de analfabetismo.
Insfrán, quizás sea el pionero de los influencer del siglo XXI, su popularidad ha crecido tanto que desde Paraguay la gente enloquece cruzando el río para votarlo.
Ironías aparte, ha creado un verdadero gueto en Formosa, subyugando a sus habitantes a vivir acorralados bajo una extrema crueldad.
Los Derechos Humanos no pueden estar bajo el arbitrio caprichoso de ningún gobierno en particular, pertenecen a todas las personas por igual.
Pese a que han intervenido el Juzgado Federal de Formosa y la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el gobierno provincial de Formosa hace oídos sordos a todo llamado al cumplimiento de la ley.
También, se nota con preocupación, que ningún organismo de derechos humanos se haya manifestado en defensa de los formoseños. Al igual que el gobierno nacional eligen mirar al costado, callando las peores atrocidades y permitiendo la continuación de este flagelo.
Dos Concejales fueron detenidas ilegalmente por reclamar respecto de las condiciones de los supuestos centros de aislamiento, y tampoco esta situación ha hecho mella en los poderes del Estado.
¿Cuál es el destino de Formosa bajo un gobierno que desconoce todo lo que dispone la Constitución Nacional?
Nuestros hermanos de Formosa también son argentinos y sus derechos humanos son irrenuciables.
