En la primera semana del ciclo lectivo 2024, y con la pretensión porfiada del Gobierno de cumplir el calendario con 190 días de clase, hubo tres jornadas de paro: el primero, el lunes 26, en coincidencia con una medida nacional dispuesta por la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera); las otras dos, contra el Poder Ejecutivo provincial por la falta de acuerdo salarial.
La administración del gobernador Rogelio Frigerio propuso a los docentes un aumento salarial para enero del 19% en medio de un feroz recorte de fondos para educación por parte del gobierno del presidente Javier Milei. La inflación en enero fue del 20,6%.
El Ejecutivo entrerriano, además, prometió hacerse cargo de lo que la Nación dejó de cumplir: el pago del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), el adicional por Conectividad -que empezó a pagarse en pandemia, cuando había clases virtuales, y que quedó incorporado al salario- , la quinta hora en la extensión de primaria, que pasó de 4 a 5 horas diarias, y los recursos para escuelas técnicas y agrotécnicas.
Pero como no hubo acuerdo con los gremios, el Gobierno decidió no pagar aquel aumento propuesto del 19% -que sí percibieron los trabajadores de la Administración Pública, porque hubo acuerdo con UPCN y con ATE- y tampoco abonar los adicionales que la Nación no liquidó y que este mes dejaron de estar en la liquidación mensual (la Provincia los iba a liquidar por planilla complementaria cuando concluyese el cronograma de pagos) lo cual derivó en lo que ocurre estos días: maestros y profesores se encuentran en los cajeros automáticos con la mala nueva de fuertes mermas en sus salarios.
El docente Víctor Hutt, supervisor escolar en los departamentos Uruguay y Colón, especialista en salario docente, dice que esa situación «es parte del castigo que recibimos por tomar la decisión de no aceptar una oferta que era empobrecedora». Y explica: «Nosotros en enero teníamos una pérdida en nuestros salarios de 24% si lo comparamos con lo que ganábamos en septiembre de 2023. En cinco meses, perdimos un cuarto del poder adquisitivo. Con ese 18% que ofreció el Gobierno seguíamos perdiendo, nos íbamos al 25% de pérdida. Por eso, los docentes, en asambleas democráticas para la toma de decisiones, rechazamos la oferta, y pedimos una mejora. Y como no existió esa mejora, se ejecutó el paro que había decidido el congreso».
Hutt planteó que «lo que vemos en nuestros recibos de sueldo es que ese empobrecimiento se profundiza, y llega al 37%. Y sin el pago del Fonid y el adicional por Conectividad, para muchos docentes la pérdida llega al 45%».
Luego, apuntó que desde Agmer «no planteamos aumento, sino actualización para no perder frente a la inflación. El Gobierno dice que el 18% es un buen aumento. Puede ser del 18% o del 200% pero si el porcentaje es menor a la inflación, no es aumento, es pérdida. Para evaluarlo como bueno, tiene que superar el índice de infación. En enero, la inflación fue del 20,6%».
El docente planteó la necesidad de que la Provincia reclame a la Nación los fondos que le corresponden para educación y no que destine recursos propios para saldar lo que la administración Milei no envía a las provincias. «Nosotros quisiéramos tener al Gobernador reclamando fondos. No vemos de buena manera que el Gobernador los entregue, y diga `yo me hago cargo`. Se tiene que hacer cargo el Gobierno nacional. Es claro que no le van a dar los números a la Provincia si se hace cargo de lo que la Nación no envía. ¿Con qué recursos se hace cargo la Provincia? Con nuestro sueldo», sostiene.
Fuente: Entre Ríos Ahora
