Leo Stefani retrocede, mira a su batucada y, antes de dar el primer paso hacia el final de la pasarela, se toma un segundo para completar un gesto que lo definirá: Su mirada recorre el público y se detiene en una bandera con una camiseta celeste y blanca de la Selección con el histórico “10” que portó Diego Maradona. Desde la tribuna norte baja un cántico futbolero unánime que corea “Messi, Messi, Messi”. Sus grandes ojos verdes se llenan de lágrimas, Leo responde con un beso y vuelve a empuñar la baqueta para hacer vibrar el redoblante. Ese sonido se funde al instante con el latir de tambores, timbales y casetas en un Corsodromo repleto de almas.

“En el carnaval estoy desde 2007 como integrante y, en 2009, me incorporé a Ara Yeví como director de batucada para el carnaval de 2010, es decir, hace 14 años. El culpable fue un amigo que me llevó a un ensayo en Kamarr donde el director era Mauricio Del Valle” recordó ante R2820.
De chico, como muchos gualeguaychuenses, Leo Stefani “lo miraba desde afuera o iba a los ensayos del Club Pescadores. Siempre sonaban batucadas y era como que la vida me iba llevando hacia ese camino. Mis padres y mis tíos salían bailando”.

Para ingresar a Ara Yevi, Stefani entregó una carpeta con su propuesta a Julio Bereciartu ya que la comparsa estaba buscando una batucada. Con 17 años, Leo quedó al frente de “Sonido de Parche” tras dar una prueba de 10 minutos con un show similar al que se brinda en el carnaval. Sin mucha experiencia, “fue todo un desafío crear los cortes y presentar un show. En agosto de 2009 fuimos elegidos para desfilar en 2010”.
Con 10 años en pasarela, “Sonido de Parche” ganó en cinco oportunidades gracias a los cambios en su propuesta artística, la rotación de instrumentos y la interacción con la pasista. “Lograrlo tiene su complejidad pero, a la vez, es algo que me gusta porque implica un desafío ya que año a año se pone más competitivo. Hace 5 años que salimos en forma consecutiva y siempre fuimos variando la puesta en escena, no hay recursos o cosas repetidas de años anteriores, puede haber algo similar cuando jugamos con el público, pero tratamos de hacer algo nuevo en el circuito y sobre todo para los jurados”.

Autodidacta y dueño de un oído absoluto para la percusión, para Stefani este “2023 es muy competitivo en el rubro batucada. Cada año alguna comparsa tiene una propuesta distinta y, esta vez, hay un nivel excelente y muy variado. Está muy difícil, no sé quién ganará a pesar que tengo la confianza en que podemos ser nosotros”.
Si bien “Sonido de Parque” está integrada por 42 batuqueros, en pasarela solo son 32. “Somos la más chica de las cinco batucadas porque las otras tienen cerca de 40 integrantes. Me gustaría tener el mismo número, pero eso es decisión de cada director y no me molesta, de hecho, el año pasado logramos ganar a pesar de ser 26 integrantes, ósea que te puede jugar a favor o en contra. Si me dan a elegir me gusta competir de igual a igual, porque con más integrantes tenés más volumen sonoro. Creo que igual podemos marcar la diferencia con la ejecución de los instrumentos”, subrayó.

En 2020, por una lesión importante que sufrió como profesor de gimnasia, Leo Stefani se perdió esa edición y, por primera vez, no pudo dirigir la batucada desde la pasarela. Miraba y “sufría desde afuera”, contó sobre aquel verano y agregó que “fue un año complicado, pero la verdad es que nuestro grupo es excelente y respondió muchísimo mejor de lo que yo esperaba. Todos tiraban con el mismo lado. También fue un gran cambio para la batucada porque nos unimos mucho más y hasta el día de hoy sigue de la misma forma. Fue ver desde afuera lo que no puedo apreciar desde adentro, fueron diez noches mirando nuestro trabajo desde la tribuna y se me erizaba la piel de emoción”.

“Nos pasa que vamos a dar un taller de batucada a un lugar y nos hacen sentir un rockstar, por decirlo de cierta manera, y simplemente hacemos lo mismo que otros batuqueros con la diferencia que tuvimos la suerte de nacer en Gualeguaychú”, describió. “Este año tenemos dos integrantes de La Plata y Lobos, en provincia de Buenos Aires, que vienen cada fin de semana, no faltan y tienen un gran compromiso. Uno de ellos me decía que sentía que estaba jugando en la cancha de River, por dar un ejemplo del fútbol, Gualeguaychú es jugar en primera aunque para los gualeguaychuenses es algo normal”.
