Ariel Heidenreich
Pobres, ricos y narcotráfico
–Hay dos razones pareciera por las cuales pobreza y narcotráfico están hoy vinculadas. La primera es que el que vende droga gana más que el que trabaja. La segunda es que hay un ciclo complicado para los jóvenes: en la medida de que un pibe está hacinado en la casa, entonces se va a la esquina y empieza a consumir paco u otra sustancia porque si no consume no se integra al barrio, no tiene lugar. Cuando lo hace, además de un problema de salud y de adicción, adquiere una deuda y siempre hay alguien que se le acerca para plantearle cualquier idea para cancelar esa deuda. Ese ciclo se da en un corto plazo y lo sufren claramente más los jóvenes pobres. Pero el tema de las adicciones son algo que atraviesa a distintos sectores sociales, también consumen los que tienen poder adquisitivo alto o un ingreso mensual fijo,puede que sea un médico/a, abogado/a, político de renombre, o alguien del legislativo o poder judicial, empresario etc., que por supuesto no están exentos por poseer un título universitario o poder económico y este grupo tiene un problema menos que el pobre, el de no preocuparse por el dinero para la compra de la droga, después es un adicto igual que cualquiera, que atraviesa un problema de salud, hay que ayudar y contener como al resto,quizás este grupo tenga pre-paga,contactos con alguien con poder y la caretean, ojala nunca se diga ¿de que murió el señor? ¿problema cardiaco? y la mayoría se pregunte ¿se drogaba? Pareciera ser que la hipocresía es tan grande como la venta de droga ¿será así? pero el negocio perverso del narco golpea fuertemente a los sectores más vulnerables que en muchos casos son usados como modo para poder extender su negocio.
– ¿Cuál es la situación actual de nuestro país?
–Hay varias etapas en este negocio millonario del narcotráfico y en Argentina estaríamos en la tercera.
LA PRIMERA: tiene que ver con el aumento de las adicciones: es claro que en nuestro país se consume más alcohol y drogas.
LA SEGUNDA: es que el que vende droga es alguien que está instalado en el barrio, no viene de afuera y además, es el que tiene mayor movilidad social o el que le va mejor. Un pibe engancha un laburo o una changa por unos pocos pesos y el que vende droga gana más y sin esfuerzo en pocos días.
LA TERCERA: etapa es cuando hay dominio de territorio lugares donde el Estado y las fuerzas de seguridad no entran y dominan los narcotraficantes,
muchas veces con connivencia entre las partes, pareciera que todos ven todo y nadie ve nada
LA CUARTA: que es el financiamiento del sistema político, como se da en otros países. Que están entre las sombras del narco y la complicidad institucional yo tengo una mirada muy crítica sobre lo que pasa en Argentina: tenemos niveles altos de pobreza, otro tanto de trabajo informal y miles de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Los denominados NI-NI, Ahí está el núcleo del problema central y es evidente que el avance del narcotráfico ha ido complicando las cosas no solo porque hoy quien vende droga es al que le va mejor, sino porque en parte es el que presta asistencia social. Cuando en el jardincito, un merendero del barrio necesitan cosas, el que puede financiar y tiene la plata es el que vende droga. Lo mismo hoy pareciera es el que está dando crédito en el barrio y se está transformando en un actor social que va creciendo. Creo que ese es un punto importante para tener en cuenta. Argentina se va convirtiendo en algo inmanejable con este tema, (ver la provincia de Santa Fe) no es ni México ni Colombia donde básicamente el narcotráfico va a llegar a definir y a financiar el sistema político, pero lo que está claro es que fuimos avanzando y ahí hay un problema serio, porque nos vamos acercando peligrosamente. La discusión sobre si es un país de tránsito o de producción es absurda: en Argentina se produce. Además, el que transita sustancias por la Argentina parece paga sobornos o coimas eso está más que claro, es como negar que una vaca da leche
– ¿Cuál es el rol que debe asumir el estado y la política?
– lo que ha hecho el estado en los últimos años respecto de esto (incluye todos los gobiernos) Han hecho políticas respecto a educación y reducir la pobreza, en ambas no cumplieron, pero peor aún contra el narcotráfico y si lo hicieron fueron tibios o cómplices por ahora ganan los narcos y el aumento de las adicciones creció y ese es un partido que estamos perdiendo diez a cero. Lo primero que debería hacer el Estado es tomarlo al tema como prioridad y esto va más allá de quién gobierne, hay que lograr un acuerdo multipartidario y hacer algo muy distinto los próximos años. Si a la Argentina le faltan centros de atención de adicciones y lugares donde acompañar, es más que evidente la problemática creciente actual, La mamá que tiene un chico adicto rebota en todos lados. Si no tiene prepaga no tiene dónde mandar a su hijo y la mayoría termina llevándolo a la comisaría porque no sabe qué hacer. Las organizaciones sociales o eclesiásticas pueden colaborar haciendo muchas cosas pero el rol central es del Estado y de la política. Además, soy de los que creen que no es con la policía como se va a combatir la venta de droga sino que hay que crear una fuerza especial que tenga capacidad para intervenir y se proteja a los uniformados
– ¿El rol de las universidades?
–Me parece que tienen un rol central que es el de investigación, trabajar con datos, construir metodologías de investigación y estudios cuantitativos y cualitativos que nos permitan ver dónde estamos parados. Por ejemplo, el estudio del observatorio de la deuda social de la Universidad Católica Argentina, (UCA) establece que hubo un aumento del 50 % del consumo en los barrios pobres, y eso está marcando una tarea para encarar.
Más allá de esto, tienen un rol central en acompañar a los jóvenes en cambiar una matriz cultural importante. Hoy está instalada en los chicos de los distintos sectores sociales la idea de un poco no hace mal y que se puede entrar y salir. Y ahí es donde empieza a complicarse.
(*) Ariel Hernán Heidenreich. Abogado
