Ante esta situación, Alejandro Chávez, vecino del lugar, se dirigió a Vialidad solicitando una cisterna para abastecer a los residentes de la zona. «No tienen para bañarse, para lavar los platos, para todo hace falta ahí», manifestó Chávez en una entrevista.
Sin embargo, la respuesta de la intendenta Sabrina Olano, no fue la esperada por los vecinos. Diego Bentacour, concejal de Ceibas, también intervino en la situación y pidió a Olano que brindara su ayuda. La respuesta fue tajante: «no le corresponde ayudar a Ñancay que deben pedir soluciones a Villa Paranacito, si ayuda después van a venir todos a pedirle».
Ante la falta de respuesta de las autoridades, se acudió a los Bomberos Voluntarios de Ceibas para solicitar una cisterna con agua, pero el cuartel solo cuenta con un camión cada 15 días que le da el municipio, lo que hizo imposible la ayuda. No obstante, gracias a la intervención de Bentacour, se consiguió una cisterna de 1000 litros y se le pidió al tesorero de la Junta de Ñancay.
Finalmente, los vecinos de Ñancay pudieron contar con agua gracias a esta gestión. A pesar de esto, Chávez manifestó su preocupación por la falta de soluciones a largo plazo. «Todavía no vino el camión de Vialidad a traer agua, esperemos que en estos días pueda venir», señaló. Además, la propuesta de Olano de que los vecinos paguen por una bomba no es viable, según Chávez, ya que «solo nos alcanza para comer».
Fuente: La Voz Isleña/FM Sur