Ana, inmersa en el ciclo de la historia de una estirpe de mujeres que vomitan universos, dialoga con el pasado en un eterno presente. En un bucle del tiempo, sus ancestros la habitan y la abandonan con la misma ligereza.
Ana tiene mil nombres de mujer donados por personas que quisieron darle infinitos destinos. Nombres para mirar su árbol, y sentirse espejada en hombres y mujeres que están en ella más allá del tiempo y el espacio. Quizá sea el teatro la forma de convertir las ausencias en presencias.
"Conejas" es un ejercicio de arqueología personal puesto en escena, fruto de una intensa indagación sobre los procedimientos creativos de la actriz.