A fin de prevenir que sus alumnos no tengan una descompensación y a su vez garantizar la enseñanza en las aulas, algunas instituciones flexibilizaron la toma de asistencia y no se carga la falta al estudiante que no asista a clases, en otros casos, los colegios sugieren a los padres no enviar a las instituciones a sus hijos.
El turno más afectado es la tarde, donde a las altas temperaturas en torno a los 40 grados, se sumaron los cortes de luz rotativos de la Cooperativa Eléctrica y la falta de presión de agua en muchas zonas dejó vacíos los tanques cisternas para contar con agua para los sanitarios o la higiene.
Si bien a nivel nacional varios gobiernos y sindicatos pidieron suspender las clases, desde Nación se descartó esa propuesta: “Hay que ventilar, tener clases en el patio, pero hay que ir a la escuela”, aseguró el ministro de Educación, Jaime Perczyk, desconociendo que muchos patios no cuentan con sombra natural en las ciudades.
La falta de infraestructura para el bienestar en las aulas queda al descubierto ante situaciones de clima extremo: en invierno por la falta de calefactores y estufas que provoca que los alumnos pasen frío, en verano por la ausencia de aires acondicionados y ventiladores se sufre el calor y cuando hay lluvias torrenciales muchas escuelas presentan filtraciones en sus techos.