Otro punto cuidado esta noche fue la puntualidad. Ara Yevi ingresó a la pasarela José Luis Gestro a las 22.01, tras la arenga de Silvio Solari.
Fue una noche de revancha y puesta a punto en las cinco comparsas que ya proyectan la competencia para las 8 noches restantes.
Ara Yeví fue “Indiferentes”; Kamarr puso primera a su “Impulso, un grito de conciencia!”; luego Marí Marí trajo “Enérgica”; O’ Bahía le puso power --mejor dicho “Rock”- a la noche y Papelitos cerró con su cuento de vida “León”.
Los de la Ribera tuvieron la difícil tarea de abrir y la misión de superar algunos inconvenientes de la primera noche como los movimientos articulares de las carrozas de apertura que representa la indiferencia del ser humano ante el mundo. Esta vez con el ensamble del reloj en la parte superior la carroza se vio más armónica y proporcional a su tamaño.
En el desplazamiento se logró fluidez, fue más compacta y se superaron los baches delante de la carroza de los músicos y de la batucada. Se incorporaron trajes, destaques e integrantes y eso fue en beneficio de la propuesta artística. Por su parte, la banda “Caranava de Carnaval” creció en acompañamiento del público.
Kamarr superó los problemas de sonido del Corsódromo que le jugaron en contra en la noche de apertura y “Bahiana Carnaval” contagió con sus pegadizas canciones.
Se nota que se trabajó en las carrozas puliendo detalles de pintura y estética, sobre todo en la referente al petróleo y en la que rememora la energía eólica se incorporo movimiento. En el conjunto se destaca la escuadra de la energía nuclear. Esta noche la pasada de la batucada kamariense fue demasiado veloz.
En tercer lugar llegó Mari Mari, otra vez después de Kamarr, con sus temáticas similares: “Enérgica” e "Impulso". Esta vez la comparsa dirigida por Emanuel Pérez está al ciento por ciento y el tren de apertura se lleva todas las fotos de la noche.
La banda “Toque de Samba” absorbe lo que puede ofrecer la batucada “Aplanadora carnavalera” al ir ensambladas. El show de la batucada puede lucirse más.
A pesar que sus canciones son muy pegadizas y el público entra en ritmo rápidamente, la demora en el desplazamiento de los rojinegros hizo que la gente se aplaque. Los centralistas tardaron casi 30 minutos en llegar a la Estación Casa Rosada. Hacia el final, Mari Mari tuvo que apurar el paso para cumplir con los 60 minutos reglamentarios, tanto que salió de pasarela en el límite permitido.
Con un desplazamiento impecable y una paleta de colores que juega con los contrastes, la seguridad de ser competitivos se encarna en los casi 250 referentes del Club Pescadores. Por su parte, la carroza de cierre ahora presenta un sistema de luces y movimientos que la hace aún más atractiva por ese rostro con una lengua bien stone. A diferencia de otros años cuando a las carrozas les faltaba un plus, en esta edición parecen perfectas.
Finalmente, Papelitos ajustó detalles que le faltaron en la noche inicial y afianzó su presentación con la convicción de tener una de las mejores propuestas en la pasarela. Siguió unificado el desplazamiento, con grandes carrozas y muy cercanas a la temática.
Su reina Laura Garra brilló en la pasarela una vez más y la comparsa mantuvo sus puntos altos de la primera luna carnavalera. La banda genera más empatía en el público y se anima a interactuar.
En la tercera noche, la deuda pendiente de las cinco comparsas es lograr que el público se sume a la fiesta, que el Corsódromo explote.
